A tan solo 7 kilómetros del corazón turístico del Pacífico de Costa Rica (Playa Jacó), se encuentra uno de los pocos lugares en el mundo para observar tortugas marinas.
Se trata del Refugio de Vida Silvestre Playa Hermosa-Punta Mala, un viverocreado en 1998, con el objetivo de intensificar los esfuerzos de las autoridades costarricenses para la conservación de esta especie.
Cada año, entre julio y diciembre, en la cálida arena gris de Playa Hermosa y a pocos metros de donde se rompen las grandes olas que atraen a miles de surfistas de todo el mundo, se puede observar como una de las tortugas marinas más amenazadas del planeta, sale de las profundidades de mar para dejar sus huevos, un maravilloso espectáculo de la naturaleza que pocos países puede darse el lujo de ofrecer.
Durante estos seis meses, miles de turistas se embargan en la oscuridad de la noche y otras veces guiados por la luz de la luna, que deja destellos entre las olas, para observar a las tortugas Lora (Lepidochelys kempii) una especie considerada en peligro de extinción, por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
De acuerdo con la UICN, la población de tortugas Lora se redujo drásticamente entre 1950 y 1960 debido a la caza de la especie y al saqueo de los huevos por considerarse “afrodisíacos”.
Ante esta situación, el Refugio de Vida Silvestre Playa Hermosa, durante el periodo de anidación patrulla las playas para proteger los nidos, de su principal depredador (el humano). Cada año los guardias de este refugio recogen de la arena entre 10,000 y 15,000, huevos, los que son llevados al vivero, para después de 45 días de incubación, liberar a los tortuguillos en la playa, un enigmático ritual que atrae a miles de turistas.
Lamentablemente solo uno de cada mil de estos tortuguillos escapará de los depredadores durante su corta y difícil travesía desde su nido en la arena hacia el mar y logrará convertirse en adulto.
Las tortugas marinas son claves para mantener el equilibrio en los arrecifes de coral, se les considera de los seres vivos más antiguos del planeta y han recorrido nuestros océanos durante los últimos 100 millones de años.
Estas tortugas pueden poner más de 150 huevos por nido y anidar entre 4 y 5 veces en cada estación. Algunas especies vuelven a poner sus huevos en la misma playa en la que nacieron. Al menos seis de las siete especies de tortugas marinas existentes en el planeta están amenazadas, Costa Rica es uno de los pocos países en el mundo que se han convertido en santuario para esta especie.
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